domingo, 18 de diciembre de 2011

Maruja Torres en El País Semanal

Malas y buenas noticias

MARUJA TORRES 18/12/2011, tomado de aquí

Cuando ustedes lean esto, y si todo ha ido bien, me encontraré en Roma disfrutando de la tenue iluminación navideña de aquella ciudad del sur del euro, y del calor de dos de mis grandes amigas, Irenísima y Francescona, que es como decir Nueva York a principios de los noventa -un antiguo speakeasy, bourbon, furiosas charlas sobre literatura- y Beirut a mediados de la primera década de este siglo, gintonics al atardecer en la terraza superior del hotel L'Albergo e irónicas conversaciones sobre la guerra. Cuando el año termina es conveniente visitar a los que nunca nos fallaron, ni llevan camino de hacerlo.

"El mundo está hecho un asco, pero el periodismo será mejor"

Pero mientras escribo ahora me encuentro en el agostado terreno de la despiadada realidad. Por una parte, el pimpante Cuarto Reich nos engulle, y esta vez sin que se produzcan heroísmos a lo Casablanca: más bien en estrecha colaboración con La Marsellesa. Medievalmente, Arabia Saudí nos confirma que toda aberración puede convivir en un mismo plano temporal. Allí, los machos dominantes claman que, de permitir a las mujeres que conduzcan, se producirá una pérdida simultánea de la fidelidad, la virginidad y la exclusividad (¿nada sobre la depilación al caramelo?), con el consiguiente aumento de la disminución de control viril por parte de los tripudos caballeros. Pero, tontines: si no tienen pasaporte, ¿no veis que no pueden huir de vosotros, que es lo primero que tendría que hacer cualquier saudí sensata al verse al volante de su propio Ferrari? Lo suyo sería enviar a ese fascinante país tan amigo de Occidente a una legión de psicoanalistas argentinas no lacanianas, para someterles -a ellos, claro- a una brutal terapia de grupo. En fin.

Asistimos también al renacimiento de un género periodístico: el desechable es el reportaje. Ah, ¿quién dijo que los periodistas estaban acabados? Puede que hasta yo misma, en un momento náufrago. Pues no. Poco a poco, y pese a las dificultades añadidas por la coyuntura a los problemas que siempre tienen los colegas, la profesión ha ido recuperando su verdadero espíritu: el de buscar porquerías y sacarlas a la luz. Son tantas las basuras morales que se acumulan a nuestro alrededor, especialmente en el terreno de las ex prestaciones sociales, que lo que fue un mero suelto perdido en un rincón de la página -"Fallece de frío un vagabundo a la puerta de una tienda de Gucci"- se ha convertido en una sólida cantera proveedora de temáticas.

Nunca tantas personas a la vez, durante tanto tiempo y por culpa de tan poca gente habían pasado, de un plumazo -yo empezaría a usar la palabra masazo, de Artur Mas- a ejercer la condición de desechables, a merced de que cualquier plumilla se les acerque y les interrogue. Y digo plumilla como sinónimo: un reportero armado con cualesquiera que sean los útiles tecnológicos que precise.

Entiéndanme, esto no es una queja. Bien al contrario. El mal que supura nuestra sociedad tiene que ser puesto en evidencia, y cierto es que cada vez más los medios -cada vez más digitalizados, añado- dedican mayor espacio a las tragedias individuales producidas por el capitalismo gore (me adueño de la acertada definición de la escritora Sayak Valencia). Se produce el hallazgo de la víctima -si viva todavía, se la interroga-, se realiza el seguimiento de la noticia, hablan los parientes, se inician los pleitos... Magnífico. Esta labor periodística tiene como objetivo no sólo informar, sino, como decíamos cuando yo era joven, ayudar a tomar conciencia. En los dos sentidos: de ser consciente y de que la injusticia te duela por dentro. Sólo una sociedad informada puede acceder a ese estadio superior del ser humano que es el dolor por la arbitrariedad y la crueldad padecidas por otros, y pasar de ahí a la tolstoiana pregunta "¿Qué podemos hacer?". Y así, rumiándolo, quién sabe.

Creo que un excelente complemento de este tipo de periodismo sería ir a donde los responsables -y culpables- y, sin llegar al acoso que acecha a la Campanario, por poner un ejemplo, sacar a la luz quiénes son, a qué dedican el tiempo libre, cuánto ganan por matar con decretos, a qué colegio van sus hijos, a qué mutua pertenecen...

El mundo está hecho un asco, pero el periodismo será mejor.


sábado, 3 de diciembre de 2011

Entrevista en el periodico Tribuna de Querétaro, diciembre 2011

Vivimos bajo “democracias fascistas”: Sayak Valencia

Monday, 28 November 2011 02:08

Por Hilda Mariela Barbosa Suárez

“En la época contemporánea, las democracias son democracias fascistas: en realidad exigen muchísimo a los ciudadanos y no les ofrecen nada”, sentenció Sayak Valencia Triana, doctora en Filosofía, Teoría y Crítica Feminista por la Universidad Complutense de Madrid, y autora del libro Capitalismo Gore, el cual se presentará en el auditorio Fernando Díaz Ramírez la tarde del lunes 5 de diciembre.

De acuerdo con la académica, es necesario pensar en que el capitalismo no es la única opción posible sino que existen otras más. Además, se pronunció a favor de reestructurar su sistema de bienestar, por lo que el Estado tendría que volver a brindar estos beneficios a la sociedad.

“Una de las cosas a estructurar del sistema capitalista es el bienestar, donde el ciudadano esté por encima del dinero en vez del sistema financiero, el cual está en el tope de prioridad de todos los gobiernos y no tiene ningún sentido”, criticó la también cofundadora del grupo feminista interdisciplinario La Línea.

“Erradicar el capitalismo es una profecía”

La también artista del performance aseguró que se puede hablar de una reestructuración del sistema capitalista, pero no de una erradicación, ya que es una hipótesis que no va a ocurrir en mucho tiempo y no tiene una idea de lo que pasaría porque sería casi una profecía.

“En realidad lo que tengo es ganas de que se haga un diálogo, que se hagan actividades pequeñas, pensar en micro críticas como se les denomina y no en grandes utopías en las que se transforma el mundo a nivel global, creo que se debe pensar y transformar primero a nivel local para luego hacer los grandes cambios globales”, manifestó Sayak Valencia.

La autora del libro El reverso exacto del texto señaló que se debe pensar en un modelo que complemente al capitalismo, ya que los que “vivimos en el subconsumo sabemos que no se puede vivir de esta manera que propone el capitalismo, lo importante es reflexionar las posibilidades que tienen otros modelos económicos para complementarse (…) porque se llevaría tiempo eliminar el capitalismo, sería algo utópico”.

Al hablar del sistema que podría complementar al capitalismo dijo que no propondría ninguno, pero consideró al socialismo como un sistema de pensamiento interesante, mas no como un modelo que podría sustituir al capitalismo, ya que como sistema económico no tiene relevancia, ya que también tiene sus fallas, y lo que se debe construir es una economía sustentable.

Por otra parte, Valencia Triana indicó que el capitalismo es un sistema complejo por lo que no es una persona que satanice ese sistema per se, ya que considera que la producción y el modelo capitalista “llegó a un salto cualitativo”.

Valencia Triana aseguró que en América Latina el sistema capitalista está en crisis desde hace 40 ó 50 años y las estrategias para su combate han sido cotidianas y no funcionan, por lo que se está reflejando en México y Colombia con la violencia.

La doctora en Crítica Feminista por la Universidad Complutense de Madrid aseguró que la violencia es un reflejo de lo que le espera al primer mundo, ya que se está “tercermundizando”, y eso obedece a cuestiones políticas, económicas y a la distribución de la vulnerabilidad.

Respecto a los motivos por los que la crisis se presenta primero en los países tercermundistas, señaló que obedece a que son las ex colonias, por lo que en ellas ha sido la experimentación de toda la precariedad existencial en la que se ha vivido, ya que “si bien ya no están aquí como colonizadores, sí nos están colonizando económicamente”.

Capitalismo Gore, una forma de economía en la frontera mexicana

La autora del libro Capitalismo Gore puntualizó que decidió utilizar el término “gore para designar la forma de economía que tienen en la frontera de México, la cual tiene que ver con la interpretación del neoliberalismo y de las lógicas del hiperconsumo en el mundo globalizado.

Además, consideró que la forma en que se presenta en México, un país que “está mal en la economía”, es a través de la violencia y del narcotráfico.

“A través de todas esas cosas que estamos conociendo cada vez más por los medios de comunicación, de alguna manera el Capitalismo Gore sería el capitalismo que se empodera a través del asesinato de la violencia y que cobra vidas todos los días.

Sayak Valencia Triana recordó que resolvió utilizar la palabra “gore” ya que es una imagen muy concreta del cine por lo que las personas saben lo que se quiere expresar al utilizar esa frase, pues se apela al imaginario colectivo que se comparte en el momento contemporáneo.

Aseguró que Capitalismo Gore no sólo se refiere a la violencia en Tijuana o en México, sino a la violencia con una columna transversal que está estructurando el paisaje socioeconómico y político del mundo, ya que si bien ella nació en Tijuana, un lugar en el que “siempre hay violencia”, en el resto del país, principalmente en el centro y en el sur es un fenómeno que se está presentando desde apenas hace cinco o siete años.

Consideró que al escribir un libro con un tema de esa relevancia sería una forma de ponerle un nombre a la situación que tiene temerosos a los mexicanos, además de que la única forma en que se puede resolver el problema es “poniéndole nombre y una taxonomía para poder pensar y transformarlo”.

“Nos han colonizado mentalmente”

Valencia Triana lamentó que el machismo es un eje central de la violencia en México y que afecta a la economía y empodera a los narcotraficantes.

La cofundadora del grupo feminista interdisciplinario La Línea señaló que redactó el libro con una perspectiva filosófica, al dejar de lado el enjuiciamiento moral, ya que se debe “complejizar” el fenómeno de la violencia y hacerlo que se tenga una crítica a la “colonización mental” que tienen los ciudadanos.

“Estamos muy colonizados mentalmente. Todavía lo bárbaro lo vemos como si fuera lo otro, pero no nos damos cuenta que seríamos lo mismo. Hay que complejizar el problema, el libro no es una denuncia, no digo nombres ni apellidos porque no busco explotar el morbo sino una forma de pensamiento respecto a la violencia como fenómeno global”, explicó.

Además dijo que se debe pensar en la responsabilidad que los ciudadanos tienen ante la ola de violencia en el país, ya que todo este problema tiene una “gran carga de responsabilidad civil” que los ciudadanos no están asumiendo.

Finalmente, Sayak Valencia manifestó que las críticas que se hacen al narcotráfico, se hacen desde la victimización o desde la religión y esos son “lugares comunes” que ya están transitados y lo que ella buscaba era una forma “novedosa” de abordarlo y que se pueda resolver.