viernes, 29 de julio de 2011

“La disidencia sexual puede ser revolucionaria”

Entrevista a Sayak Valencia, ensayista y poeta, autora de ‘Capitalismo gore’



En su último ensayo, ‘Capitalismo gore’ (editorial melusina, barcelona, 2010), Sayak Valencia (Tijuana, México, 2010) se acerca a los límites del sistema: la muerte como industria, como medio de producción económica para satisfacer las demandas de hiperconsumo. Una película de terror de serie b, sangrienta y macabra, que tiene como escenario más conocido el México fronterizo y como protagonistas a sicarios, proletariados del narco, explotadores sexuales y asesinos.


Publicada en: ROJOYNEGRO


En síntesis, ¿qué es el ‘capitalismo gore’?
‘Capitalismo gore’ es un término que acuño, basándome en las películas sangrientas de serie b, para denominar al capitalismo que se da en el espacio geopolítico de méxico -aunque no sólo se produce allí- y que es el capitalismo del narcotráfico, de la rentabilización de la muerte y de la construcción sexista del género.

Siguiendo con la metáfora, ¿esa película de ‘capitalismo gore’ se proyecta en México pero se escribe y dirige desde las élites del Primer Mundo?
Así es. Aunque se proyecte también en lugares del Primer mundo, lo cierto es que no se produce de una forma tan espectacularizada como en México, tan gore y bizarra, tan truculenta y explícita. Pero el ‘capitalismo gore’ incide en los cuerpos del Primer mundo a través de la precarización económica que lleva a una precarización existencial y corporal y produce enfermedades y otro tipo de violencia, quizás no tan explícita pero igual de devastadora que la de México.

En su ensayo habla de la muerte como industria, el necroempoderamiento, las necroprácticas.¿Eran las últimas barreras que le quedaban al capitalismo?
La violencia nos ha acompañado a lo largo de la historia, pero lo novedoso y distópico, entendiendo este término como indeseable, es la utilización de la muerte para el empoderamiento. En el México fronterizo, la gente no puede conseguir dinero para satisfacer las demandas de hiperconsumo bombardeadas desde los medios. Entonces se empoderan con la muerte, producen violencia y el cuerpo se vuelve una mercancía, tanto el de otras personas como el propio. Son el proletariado ‘gore’: sicarios, gente que se encarga del trabajo sucio de los cárteles de la droga, de su seguridad… son personas muy jóvenes. Se da el caso de uno que empezó con 11 años.

En ‘Capitalismo gore’ se refiere a ellos con un término muy literario: endriagos.
Es un nombre que extraje de un personaje de ‘amadis de Gaula’, la novela de caballería del siglo XVI, y que representa al mal, a la deformidad y la monstruosidad, frente a amadis que es el sujeto pertinente, blanco y sin fisuras. En la novela, ese personaje, endriago, es una supermetáfora de la colonización. Incluso el territorio en el que vive, desértico y peligroso, es muy parecido al México fronterizo. Los endriagos actuales no han sido descolonizados. De hecho, Latinoamérica no ha sido descolonizada. Seguimos siendo internamente xenófobos y racistas con nuestros propios indígenas o con el mestizo. Hay una continuidad en las lógicas coloniales.

¿El endriago es también una víctima?
No me gusta hablar de víctimas y verdugos, ese es el discurso que nos venden los medios de comunicación.
La realidad es más compleja. El endriago es un producto de las demandas del neoliberalismo feroz que se vuelve un cóctel explosivo cuando lo atraviesas con las demandas de género de la masculinidad hegemónica: desprecio a la vida de los demás, a tu propia vida, demostración de fuerza o valor a través de la violencia hacia las mujeres o hacia los otros. La figura del hombre proveedor se ha desestructurado pero continúa la demanda de tener dinero para ser válido, para estar a la altura de las circunstancias. Es un cóctel entre hiperindividualismo, hiperconsumismo, construcción machista del género masculino y tráfico de drogas.

Usted habla de resemantizar elcuerpo, devolverle su significado. ¿Cómo conseguirlo?
Partiendo de la empatía. Todos hemos sido lastimados o hemos sentido dolor y vulnerabilidad, no necesariamente un dolor físico. Hay que recurrir a ese espacio de dolor para saber cómo se siente el otro y por qué es importante la muerte de los demás.
A partir de esa idea de conservación del cuerpo podemos trabajar, ejercer nuestro derecho ciudadano a exigir a los gobiernos de nuestras pseudodemocracias y a los gobiernos fascistas que no utilicen nuestros impuestos para financiar las guerras o el cultivo de drogas. Se trata de que la responsabilidad ética e individual se vuelva colectiva. Que se diga: me gusta vivir, me gusta estar viva, y partir de la propia herida se haga comunidad con el otro.

Usted se define como transfeminista.
Desde mi adolescencia me considero feminista y llegó un momento en que sentía que el feminismo era un movimiento social que no sólo tenía que incluir a los cuerpos determinados biológicamente como mujeres. Las mujeres podemos ser comunistas, socialistas, izquierdistas… Pero cuando planteábamos que los hombres podían ser feministas nos decían que no, porque eran hombres y no mujeres. Lo que hace el transfeminismo es desarticular la idea de lo biológico como una condición necesaria para poder participar del feminismo. El transfeminismo incluye las identidades transgénero, pero también lo transfronterizo, los movimientos de disidencia sexual, los movimientos LGTB, el Queer…, todos estas corrientes que han seguido vivas a pesar de la represión y de tenerlo todo en contra.

¿Es el transfeminismo un arma de lucha contra el capitalismo?
Las personas que no somos heterosexuales o que nos desinscribimos de la heterosexualidad, más allá de nuestras prácticas sexuales, como una desobediencia a un sistema heteropensante que incluye el capitalismo y un montón de ‘ismos’ que se vinculan con lo más fascista, hemos tenido que sortear mucha violencia.
Aunque han asesinado a muchas personas, nunca la desobediencia sexual se ha convertido en desobediencia armada o violenta. Me interesa mucho desestigmatizar los movimientos de disidencia sexual y verlos como una posibilidad revolucionaria, algo que nunca se ha considerado. Pero es sólo una posibilidad, no una panacea.

¿Los movimientos tradicionales de izquierda tienen que reformularse para no fracasar, incluyendo perspectivas transfeministas?
No pienso en términos de fracaso o éxito porque es un lenguaje continuista con las lógicas del capital.
Todos los movimientos tienen que revisarse, ser autocríticos y hacer alianzas para no convertirse en espacios de dogma absoluto. El diálogo siempre nutre a los espacios. La izquierda tiene que expandirse hacia otros lugares también de izquierda y disidencia y hacer propuestas distintas. Propuestas no tanto innovadoras, sino más cercanas al contexto contemporáneo. Y lo que por supuesto le pido siempre a la izquierda es que se quite la homofobia y el machismo.
Son las antípodas de la izquierda. No puedes luchar contra una opresión y dejar a las demás intactas.

Texto: Alejandro Fierro

viernes, 22 de julio de 2011

Berlusconi es la cara más evidente del capitalismo gore en Europa´

TEXTO DE CRISTINA MARTÍNEZ
(entrevista aparecida aquí)

Capitalismo gore suena bastante crudo....
Es contundente. Todos sabemos que el capitalismo es gore pero había que decirlo en alto porque si no le pones palabras no puedes pensar cómo actuar sobre ello.

Su libro habla de "técnicas predatorias de violencia extrema como el secuestro o el asesinato por encargo" como herramientas para alcanzar y mantener el poder. ¿Podría explicar esto?
Yo denominó al capitalismo como una construcción cultural que exige que se consuma, para que seas un individuo pertinente, para que tengas valor en ese engranaje. Pero hay países donde no se puede ser hiperconsumidor y ahí las demandas del neocapitalismo propician que se creen nichos de mercado y el uso de la violencia para conseguir dinero y formar parte de ese engranaje. Y entre esa violencia está el asesinato por encargo, el secuestro, la venta de órganos humanos, el tráfico de personas, las drogas... todas las redes mafiosas que son parte del neoliberalismo.

En la base de todo esto está la búsqueda del enriquecimiento, pero no solo por parte de los gobiernos sino también de los ciudadanos.
Lo que pasa es que es una máquina que funciona con un engranaje y estamos dentro de él. Nuestra subjetividad como individuos está limitada por el tema económico y porque hay unos marcos para pensar y actuar dentro del capitalismo, de una manera más o menos obediente.

Usted nació en Tijuana y en su libro incide especialmente en el caso de México donde los narcos campan a sus anchas, intimidan a la población, pero al mismo tiempo son los que crean escuelas, hospitales e infraestructuras sociales....
El problema del narco va más allá, es un problema económico, pero a los narcos mexicanos ni los enjuicio ni los apoyo. Son uno lectores de la economía capitalista que dice que si te enriqueces da igual quién seas porque el dinero te va a legitimar. Es una cosa muy complicada. Los países excolonizados crean estrategias de resistencia abiertas, pero que son la manera más descarnada de seguir las demandas que se dictan desde el primer mundo. Y lo que hacen es construir un sistema de poder que no tiene nada de altruista, la gente se siente legitimada por acceder al poder económico y patriarcal de alguna manera.

Y además crean su propia banda sonora con los narcocorridos y un subgénero cinematográfico. ¿Cómo es posible que se premie así el delito?
Pues yo pienso que es lo mismo que ha pasado con los banqueros que han llevado a la crisis mundial, aunque no es lo mismo. claro está. Los gobiernos, en vez de castigarlos, los premian. En el caso de los narcos es igual, se crea una cultura de culto al narco. Hay que vivir con ello y se convierte en una construcción legítima para los seguidores de esta gente.

En esta "filosofía", ¿cree que la mujer, una vez más, es la que sale perdiendo víctima de un machismo recalcitrante?
Considero que el sistema económico capitalista, tanto en el primer mundo como en el tercer mundo, hace que nos utilicen como botines de guerra, como elementos de uso y disfrute. Quienes tienen el poder son hombres que regentan una masculinidad violenta y hegemónica. En el caso de México lo veo como un parque de atracciones de la distopía. En Ciudad Juárez es donde más vemos esta violencia. Ahora empieza a visibilizarse pero es algo que pasa desde hace mucho tiempo. Necesita un análisis más complejo.

¿Cree que el sistema nos demuestra que se puede robar con total impunidad porque vemos como nuestros gobernantes son corruptos y no pasa nada?
El sistema hace que el mercado justifique todas las acciones y mientras no tengamos una perspectiva crítica donde los objetos no valgan más que las personas estás cosas se van a seguir repitiendo durante más tiempo. No podemos tener un espacio político respetable si los primeros corruptos son los políticos.

Ahí está Berlusconi.
Berlusconi es una de las caras más evidentes del capitalismo gore en Europa, las mafias, la corrupción... En el estado español hablo de la "tercermundización" del primer mundo porque la crisis económica está llevando a la gente a cometer pequeños delitos, como cobrar en negro.

Estamos asistiendo a una serie de revoluciones sociales en los países árabes contra dictadores que Occidente ha consentido durante muchos años pero ahora se escandaliza de que estén ahí. ¿Cómo se come eso?
Primero necesitamos memoria histórica. Gadafi lleva 40 años y era amigo de todos los mandatarios europeos y americanos por intereses económicos. Ahora le bombardean pero lo que en realidad defienden es el petróleo con una violencia exacerbada que está dejando muchos muertos. Los dictadores no podrían sostenerse si no estuvieran armados por Occidente. Las revueltas árabes tiene más que ver con la insumisión que con la revolución.

Una solución.
Para empezar hay que nombrarlo, hay que crear terminos para pensar, resistir y transformar. A partir de ahí hay que olvidar lo global y ver el rostro de lo que pasa en nuestras comunidades.

martes, 12 de julio de 2011

Capitalismo Gore en TIGER MAGAZINE, July 2011


Lady Gaga ha anunciado que Monster, su primer perfume en el mercado, olerá a sangre y semen. ¿A quién crees que evocará el aroma: al muerto o al asesino? ¿Lees la iniciativa comercial como un juego de transgresión perverso, o como una frivolidad pop?

Creo que la iniciativa obedece a una lectura avant la lettre del contexto occidental y su lógicas neo-liberalista y hedonista. Que un perfume huela a sangre y semen no es otra cosa que una reafirmación simbólica de que para estar in -ser pertinentes socialmente- debemos parecernos o estar supeditados a la masculinidad hegemónica y su violencia explícita en una especie de travestismo olfativo. Lady Gaga no propone un producto sino un dispositivo biopolítico que sigue legitimando a la masculinidad como espacio de deseo. Disfraza de frivolidad pop todo un orden social patriarcal.

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